Definitivamente me estoy haciendo mayor. Mujer. Adulta. Me da igual como suena mejor.
Hace un tiempo ya me di cuenta viendo como habían evolucionado los temas de conversación con mis amigas. Estamos cogiendo un parecido demasiado sospechoso con Carrie and compañía. Y no solo en los temas jugosos (ojalá solo fuera eso), sino también en los aburridos: casa, boda, niños... Un rollo.
Pero el detonante ha sido mi necesidad de comprar lencería fina. Como lo oís. Nunca le he prestado demasiada atención al asunto pero ahora necesito un nuevo conjunto de ropa interior. A poder ser en rojo, que ya sé que no es noche vieja y que es algo vulgar, pero me ha dado por ahí. Aunque creo que poco a poco me voy a ir haciendo con toda la colección.
La iluminación me vino hace una semana más o menos. De repente, toda mi ropa interior me parece demasiado infantil (signo inequívoco del paso del tiempo) y aunque tampoco quiero un cambio drástico, creo que poco a poco voy a ir metiendo pinceladas de otro calibre.
En mi búsqueda aún no he encontrado nada que me convenza, tampoco es cuestión de caer rendida a los pies del primer encaje que se me ponga delante. Pero el chip está cambiado. Ya nada volverá a ser lo que era. Los años pesan y parece que en todos los sentidos.
¿También os ha pasado?
Besos!!
P.D.: Otro dato a tener en cuenta sobre como me pesan los años es que hace unas semanas viendo el partido Real Sociedad-Barcelona me parecían más atractivos los entrenadores que los chavalitos de los jugadores.
Sin ninguna duda esto ya no tiene vuelta atrás.
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